Mapeo y señalización específica vías, duplicar los controles y disminuir en 10 km/h el límite de velocidad durante esos tramos de alto uso ciclista, algunas de las propuestas más destacadas de estas Rutas de Alta Protección junto a la conectividad obligatoria para ciclistas a través del casco para incrementar su visibilidad.
PONS Mobility, consultora especializada en el diseño e implementación de estrategias globales en movilidad responsable, propone la inclusión en el Reglamento de Circulación de la figura de las “Rutas de Alta Protección Ciclista” en determinadas vías y horarios con alta intensidad de uso ciclista en España. Desde 2018 hasta 2021, según datos provisionales de la DGT y el Servicio Catalán de Tránsito (SCT), un total de 236 ciclistas fallecieron como causa de atropellos en nuestras carreteras.
La realidad indica que el fenómeno ciclista, tanto urbano como interurbano, será cada vez mayor. En los últimos 7 años la venta de bicicletas se ha incrementado desde el millón de unidades a más de un millón y medio en 2021, según datos de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE). De las 1.571.368 bicis nuevas que se vendieron el año pasado en nuestro país, además, la bicicleta de carretera -incluyendo la nueva tipología gravel de carretera, pero más polifacética-, ha pasado de 105.776 unidades vendidas en 2020 a 159.935 en 2021,un 66,11% más.
En este contexto, en determinadas vías y determinados horarios son objeto de un uso intensivo por parte de los ciclistas. Según apunta el asesor de PONS Mobility, Ramón Ledesma, “la convivencia entre vehículos de motor y bicicletas en estos entornos debe ser objeto de especial tratamiento que minimice los conflictos y garantice de forma permanente la seguridad de los ciclistas. Se trata de trabajar con metodología similar a la del lugar de trabajo en la regulación de prevención de riesgos laborales”.
Para estos tramos de vías y estos horarios de alto uso ciclista, PONS Mobility propone la inclusión en el Reglamento General de Circulación de la figura jurídica denominada “Rutas de Alta Protección Ciclista”, que incorporen un conjunto de medidas que permitirán realizar la actividad (en este caso ciclista) con una mayor garantía de seguridad:
1. Mapeo y señalización específica. Tras un estudio, identificación y mapeo de los principales tramos de alta intensidad de uso ciclista, se crearía una señalización específica tanto física como electrónica que permitiría informar y trasladar a los usuarios que se encuentran en un entorno de “alta densidad ciclista” y que, por tanto, la atención debe ser especial. Esta señalización sería doble: vertical- fija o variable – a la entrada de la ruta y horizontal – marcas viales periódicas en el tramo que recuerdan permanentemente al conductor el tramo.
2. Duplicar los controles policiales de alcohol y drogas. En estos tramos los conductores deben saber que la vigilancia y frecuencia de controles policiales es más intensa en las Rutas de Alta Protección Ciclista que cualquier otra vía ordinaria. PONS Mobility propone duplicar la presencia y establecimiento de estos controles.
3. Disminución de la velocidad genérica de la vía en 10 km/h e instalación de radares de tramo específicos. El problema principal de la convivencia en la carretera entre ciclistas y conductores de vehículos de motor es la diferencia de velocidades entre ambos. En caso de colisión, esta diferencia hace que el accidente sea siempre muy grave. Por este motivo, en estas rutas (solo para determinados tramos de vía y determinados horarios) el límite de velocidad debe ser algo inferior (10 km/h) minimizando los riesgos del ciclista. La reducción debe ir acompañada de radares de tramo, móviles y fijos que hagan que sea efectivo.
4. Conectividad obligatoria para ciclistas. La protección tradicional del ciclista se llevaba a cabo a través de “equipamiento físico” que permitía incrementar su seguridad “pasiva” en caso de accidente (casco) y aumentar seguridad “activa” para evitar el accidente (luces y prendas reflectantes). Sin embargo, la incorporación de la tecnología y la conectividad a vehículos y vías hace que la “protección electrónica” (casco o bicicleta conectados) sea más eficiente.
En estos espacios la protección vendrá, cada vez más, por la alerta telemática que los conductores de vehículos de motor reciban en sus vehículos advirtiendo de la presencia de ciclistas unos metros más adelante. Este concepto ya se ha hecho efectivo en España con la obligatoriedad de la señal luminosa conectada V16 en todos los vehículos y la obligatoriedad de posicionamiento de las grúas, en el caso de auxilio en carretera a la DGT a través de su centro de control (DGT 3.0)
5. Mantenimiento específico y limpieza de arcenes. La circulación del ciclista por el arcén es un elemento de garantía y protección para él. Sin embargo, esta no se produce por la falta de limpieza de los arcenes. En estos tramos de protección ciclista el gestor de la vía deberá realizar operaciones de limpieza regularmente.